" LA COLOCACIÓN DE UN CARTEL EN EL PATIO CORINTIO QUE, ESENCIALMENTE, MANIFIESTA QUE EN LA UNIVERSIDAD LABORAL HAY SÍMBOLOS FRANQUISTAS Y QUE EN ELLA SE ADOCTRINABA A LOS ALUMNOS POR LA DICTADURA, HA MOTIVADO ESTA RÉPLICA DE LA ASOCIACIÓN QUE EN SU INTEGRIDAD REPRODUCIMOS A CONTINUACIÓN"

UNIVERSIDAD LABORAL DE GIJÓN

09/02/2021

Hace apenas unos días, justo la semana pasada, en el Patio Corintio de la Universidad Laboral, al lado de las dependencias de la recepción, ha aparecido un cartel encabezado con el título “Historical memory”, leyenda que está custodiada, por encima y por debajo, por otro título , repetido , que reza “Memoria histórica”.

En la presentación del citado cartel se expone que en este conjunto monumental aparecen símbolos de la dictadura franquista. En un segundo párrafo, entre otros comentarios se refiere la leyenda “...adoctrinamiento de los estudiantes en las ideas que sustentaban el régimen dictatorial”…

A continuación, sigue mostrando el cartel, se describen algunos elementos que, según la propia leyenda del mismo, serían símbolos franquistas.

La Asociación de Antiguos Alumnos de la Universidad Laboral, y en representación de la misma Jesús Merino Santos como Presidente de la misma, desea hacer constar una serie de observaciones y puntualizaciones en relación al citado cartel.

En todo caso y en mi condición de Presidente de la Asociación, en primera persona manifiesto que me hago personalmente responsable de todo cuanto en este escrito pueda decirse.

. La Universidad Laboral de Gijón es Bien de Interés Cultural (BIC), por lo que goza de protección legal sobre la integridad total del edificio, la cual se proyecta sobre todas las facetas esenciales del mismo: artística, arquitectónica e histórica. Y en la misma línea, pero con propósito aún más elevado, aspira, por iniciativa de esta Asociación, a ser un día declarada “Bien Cultural de la Humanidad”.

. Nadie podría, y no es en absoluto intención de esta Asociación hacerlo, negar la existencia en la Universidad Laboral de algún símbolo que perteneciera al régimen político denominado franquista, régimen anterior al advenimiento de la democracia en España en la década de los 70 del pasado siglo, y que dirigió los destinos de nuestra Patria durante 40 años.

Durante esas cuatro décadas, “todo era franquista” en España; todo llevaba el sello franquista: las carreteras, los hospitales, las escuelas, los pantanos, los más de cuatro millones de viviendas sociales para los trabajadores construidas por aquel régimen… Todo, absolutamente todo, era franquista.

. El símbolo, se cita en el cartel, que presenta una especial relevancia es el escudo que el régimen dictatorial del General Franco eligió para representar su forma de Estado, y que corona la parte superior de la incomparable fachada del Teatro de la Universidad Laboral. Todo ello compone un conjunto arquitectónico y artístico de primera magnitud.

Es preciso hacer constar, cosa que se oculta siempre por quienes denostan el referido escudo, que el mismo muestra un parecido extraordinario (casi podría decirse que son idénticos) con el que los Reyes Católicos eligieron para su unión dinástica y la consecuente unión de España. Ese escudo de los Reyes, que evolucionó en matices a los largo de su reinado, refleja esencialmente la unión de los Reinos de España. Y algo hay en la simbología añadida después, en ese mismo reinado, del yugo y las flechas; el primero alude a la Reina “Ysabel” (Y) y las flechas al Rey Fernando (F).

. Entre los símbolos que se citan como supuestamente franquistas en el cartel al que aludimos, figura el fresco de Francisco Arias, que adorna las paredes del salón al fondo de la cafetería (otrora sala de recepciones de autoridades y visitas externas de relevancia).

Quien haya confeccionado este cartel (presumimos que técnicos del departamento que corresponda de la Consejería de Cultura del Principado), o mejor dicho, quien lo haya ideado, “riega totalmente fuera del tiesto”. Esos frescos no transpiran “franquismo” por ninguno de sus poros (que cada vez, desgraciadamente, son más abundantes, dado el nulo mantenimiento que de los mismos se realiza). Esos frescos son “una alegoría de los trabajadores asturianos, pescadores, mineros y metalúrgicos, a los que se rinde homenaje, encomendados a la protección de la Virgen de Covadonga, la Santina, tan querida y venerada por la mayoría de los asturianos; y también por muchos españoles de otras Regiones de España.

. También se refiere el cartel a la conocida como “Sala de Pinturas” del Teatro (fundacionalmente, era la sala de recepciones del propio Teatro) . Los antiguos alumnos hemos dado en llamarle <<La Capilla Sixtina de Asturias>>, denominación que cada vez cuenta con mayor aceptación por el común de las personas y que, en cualquier caso, pretende resaltar el excepcional valor artístico que representa.

Y se pretende, tal como reza el cartel, que esa Sala de Pinturas tiene un carácter franquista. Yerran de nuevo, estrepitosamente, Autoridades del Principado, o quien fuere el autor del mismo. Ahí no existe franquismo en absoluto. Sí existe, sin embargo, “doctrina y humanismo cristianos”, que son los inspiradores de los magníficos frescos de Enrique Segura que pueblan las paredes de la Sala, en exuberante manifestación artística y en exultante y emocionado reconocimiento, nuevamente, del pueblo asturiano, y por extensión de todo el mundo laboral, del trabajo, del esfuerzo, de la superación, del fracaso de quienes enfocan la vida por caminos del mal, y del premio de quienes lo hacen por la senda del bien .

Y deseamos recordar a toda la sociedad asturiana, y con ella a sus Autoridades, que el “Cristianismo” no es algo inventado por el “nacional-catolicismo” que caracterizaba al anterior régimen. El Cristianismo está enraizado en la genética histórica de los españoles, como religión y como cultura; al igual que, en general, en todo el Mundo Occidental del que formamos parte. Y ello muy a pesar de quienes, propios y ajenos, se empeñan en erradicarlo de nuestras vidas, de nuestra sociedad y de nuestro patrimonio espiritual, emocional, social y cultural.

Mientras siegan la hierba bajo los pies del Cristianismo, germinan otras creencias religiosas, importadas e impostadas, desde la pasividad, cuando no desde la complicidad, de los poderes públicos.

Por cierto, estas pinturas, al igual que las del salón de la cafetería anteriormente aludidas, no tienen el mantenimiento de conservación necesario y presentan deterioros precursores de un futura y no lejana ruina de las mismas.

Quienes hayan confeccionado este cartel, incluso las propias Autoridades del Principado, ¿ han, por ventura, pertenecido a las generaciones de los miles y miles de jóvenes españoles que pasaron por las aulas y talleres de este magno edificio, lo que les permitiría en este sentido hablar con conocimiento de causa? Pregúntenles a ellos, a la gran mayoría de ellos, ahora que los gobiernos democráticos tan dados son al uso de encuestas de opinión para guiar la acción de los mismos (o quizás, más bien, para orientar sus expectativas electorales).

Les informamos que la composición ideológica , o adscripción socio-política, de los miembros de esta Asociación, así como la de todos los antiguos alumnos (o exalumnos, como prefieran) en general, es la que corresponde al espectro ideologicista o electoralista de la sociedad española: de izquierdas y de derechas, monárquicos y republicanos, constitucionalistas, autonomistas y centralistas,... y hasta separatistas, ... del Sporting, del Tenerife, …

Pregúntenles, encuéstenles. Les aseguro que se sorprenderían de la respuesta que obtendrían: se da entre ellos una coincidencia - abrumadoramente mayoritaria - , que no absoluta, en el sentido de reconocer un vínculo, hasta ahora inquebrantable, de agradecimiento y reconocimiento al acierto y alcance de la formación que recibieron en la Universidad Laboral.

Miren Ustedes: aquel proyecto, el de las Universidades laborales, y en particular el de la de Gijón, fue un proyecto social, cultural, formativo, educacional y humanista sin parangón en España, que nunca se había registrado hasta entonces. Los alumnos, de toda España, hijos de trabajadores, becados gracias a las cotizaciones de sus padres a la Seguridad Social de aquel tiempo, que pasaron por sus aulas, después se incorporaron a la vida laboral de España, insertándose en la Industria, el Comercio, los Servicios y la Administración del Estado, contribuyendo al engrandecimiento de la Patria común. Lo hicieron desde el conocimiento, la especialización y la formación profesional de máximo nivel, con la componente añadida de una magnífica formación humanística (la Compañía de Jesús, en su acción educativa y organizadora, “lo bordaron”). Y lo hicieron en puestos laborales especializados, puestos de mando, de supervisión , de dirección y de emprendimiento.

¿”adoctrinamiento franquista”, dicen Ustedes? En todo caso, el que se registraba, no más, en cada escuela y colegio de España en aquel tiempo. Insistimos, otra vez, en que absolutamente todo era franquista.

Nosotros en particular éramos mil quinientos alumnos cada año; teníamos dos profesores de FEN (Formación del Espíritu Nacional) y en sus clases, una o a lo sumo dos por semana, debatíamos y poníamos en cuestión los principios políticos que nos transmitían; y lo hacíamos con talante abierto, prudente y participativo. Los Jesuitas nos ofrecían clases extra de “sociología y economía” donde se hablaba del sindicalismo europeo y de los sistemas capitalistas y marxistas; todo ello con un fin informativo y formativo, y con debate amplio, serio , respetuoso y de contraste.

En tal sentido, pueden Ustedes consultar nuestra historia real, verdadera y completa del día a día que allí vivíamos, y que está fielmente recogida en los Volúmenes 1, 2 y 3 de “LA TORRE”; Revista que periódicamente se editaba en la Universidad Laboral y que pronto pondremos a su disposición.

No malgasten tiempo, esfuerzo y recursos económicos en escribir la historia de la Universidad Laboral. Menos aún intenten “reescribirla”, porque probablemente no podrían evitar falsearla y prostiruirla. Ya la tienen impresa, ordenada y veraz; contada por sus propios protagonistas que la vivieron en primera persona: alumnos, profesores, educadores,…muchos de los cuales (predominantemente de los alumnos) siguen siendo leyenda viva de aquel tiempo, del que dan fe.

En los últimos días, la Prensa se ha hecho eco de artículos y comentarios relativos al cartel de “marras”. Y en algún momento alguien ha aludido al propósito de “resignificar” el edificio de la Universidad Laboral.

”Resignificar”. Este es un término que ni siquiera aparece recogido en el Diccionario de la RAE. ¿Se pretende con él borrar la historia real, tal como ha acontecido, de la Universidad Laboral, y reescribirla desde ideologías no conformistas con lo que realmente fue y supuso y que, a lo que parece, algunos no aceptan y preferirían hacer creer que nunca existió? Si ese fuera el propósito, constituiría un crimen cultural, una enorme ofensa a la historia, un insulto a la inteligencia de las personas, una aberración ilimitada de las (¿nuevas?) tácticas propagandísticas políticas, que pretenderían imponerse a la opinión pública al margen de los criterios realmente democráticos y de respeto hacia las generaciones de ciudadanos españoles; todas las generaciones, y más aún de las pertenecientes a los últimos 70 años.

La Universidad Laboral está perfectamente significada, desde su fundación hasta el día de hoy, por su majestuosa arquitectura y, muy especialmente, por su dedicación a la Formación Profesional, la Cultura, el Arte, la Enseñanza Secundaria, la Formación Teatral, de Música y de Danza y la Formación Universitaria en la mayoría de sus grados (UNED y Facultad Jovellanos)

“el cartel se pone para evitar que se vuelvan a producir errores del pasado”; esta idea la hemos leído entre la profusión de manifestaciones de estos últimos días.

Conceptualmente, como idea y expresión genéricas, en evitar errores del pasado no podemos estar más de acuerdo. Ahora bien, una cierta intuición, muy desarrollada en gran parte de la sociedad española en las décadas en que vivimos, afortunadamente, en “Régimen de Libertades Públicas”, nos mueve a pensar que la expresión entrecomillada en el párrafo anterior apunta en una única dirección. Si es así, “entonces no estamos de acuerdo”; porque no sería justo; porque sería sectario.

Evitemos, sí, los errores; “todos los errores del pasado”. Y a tal fin sería preciso poner más carteles, bastantes más carteles...

No se preocupen, el “franquismo” murió con Franco. Sucedió hace ya 45 años. Le enterraron pronto y en olor de multitud; le desenterraron recientemente, y le han vuelto a enterrar, esta vez en olor de expectación televisiva; tras lo cual, está incontrovertiblemente constatado que el General Franco murió; y con él, el franquismo.

Les sugerimos, dignas Autoridades Públicas, con buen talante y de buena fe, que dediquen toda su atención a los enormes y más acuciantes problemas que tenemos que afrontar los españoles en el momento presente y en el inmediato futuro:

Una pandemia vírica que requiere de una mucho mayor eficacia en su afrontamiento que la demostrada hasta el presente, no obstante los desvelos de la Administración en este sentido.

Una deuda externa de proporciones astronómicas que grava el presente de los ciudadanos y que hipoteca por dos o tres generaciones venideras el futuro de nuestros hijos y nietos.

Un paro juvenil que desespera y desnorta a los jóvenes de esta generación, que parece condenada a la frustración permanente.

Una situación político-territorial que amenaza con resquebrajar la unidad de la patria grande; sí, de la Patria Española, con el peligro que tal situación representa para la preservación de la paz, la vida social y el progreso.

Una postergación infame e insultante de la lengua española tras la última y desafortunada nueva Ley de Educación. Una lengua, lo decimos con orgullo, hablada por 600 millones de seres en el mundo; oficial y familiarmente hablada en más de 20 países y que, fíjense, el año 19/20 recién terminado, ha incrementado su número de hablantes en “5 millones de personas”. ¡En un año!

… Estos son los problemas, los verdaderos problemas, que preocupan a los españoles.

¡¡Respetemos la historia. Toda la historia!!, porque toda ella , en su integridad, pertenece al legado patrimonial, cultural, íntimo y anímico e irrenunciable de todas las generaciones de españoles. De todas, sean cuales fueren sus sentimientos, ideologías o afinidades partidistas.

No pierdan su tiempo; dedíquenlo en el mejor bien de la sociedad. Se deben Ustedes a todos los ciudadanos los cuales, con sus impuestos y sus democráticos votos, los mantienen al frente de las Instituciones de la Nación.

Ni el nazismo, ni el fascismo, ni el bolchevismo, ni el marxismo, ni el nacional catolicismo,...volverán. No en el mundo Occidental.

Preocúpense de la “Revolución del conocimiento” que ya está en marcha por mor de la inteligencia artificial, y que amenaza con remover todos los andamios e incluso los cimientos de nuestra Civilización Occidental, en todos los órdenes: social, costumbrista, religioso, ideológico, político- democrático, ... Y ¡¡atención!!, porque empieza a haber cada vez mayor preocupación en las esferas intelectuales en el sentido de que la situación a que nos pueda llevar esta “revolución digital de la inteligencia artificial” pudiera estar abonando el camino para la instauración de nuevos movimientos totalitarios y exclusivistas…, que probablemente no serían ni de izquierdas ni derechas;...pero que serían totalitarismos al fin y a la postre.

Trabajen para prever ese fenomenal envite que tiene visos de “tsunami” (muy distinto al que los últimos veranos ha inundado el Patio Central de la Universidad, ahogándolo en cerveza, estridencias y vibraciones) y creen las condiciones para que lo podamos asumir, especialmente nuestros hijos y nietos , en su mayor beneficio y en el menor perjuicio posible de los mismos..

Conectemos nuestros relojes con el discurrir del presente y carguemos sus pilas para la afrontación del futuro que se nos viene encima lleno de incertidumbres. No miren tanto hacia atrás; probablemente así se pueda evitar que se repitan todos los errores del pasado.

Y atiendan y cuiden de nuestra - de todos - querida Universidad Laboral:

.- La Cúpula de la Iglesia podría derrumbarse y venirse abajo

.- La cruz de entrada a la Iglesia (justo encima de la Santina), sobre la puerta de entrada, está desprovista del ropaje que la cubría y que se correspondía con el símbolo que representa la identidad y la historia de Asturias, “La Cruz de la Reconquista” . Es un permanente insulto y ofensa grave a Asturias y los asturianos el estado de esa cruz, que además amenaza con caerse porque tiene podrida su raíz.

.- En el interior del Teatro, por encima del marco de su escenario, continúa vergonzosamente enterrada una obra pictórica de categoría excepcional la cual, esencialmente, es un homenaje a los estudiantes, los trabajadores y, en general, al mundo del trabajo.

La Cultura, el Arte, no se entierran; han de sacarse a la luz. Eso es lo digno, culto y civilizado en los países dotados de libertades públicas, como el nuestro.

.- Fuera, en el exterior, en la parte noreste de la Universidad Laboral, las naves industriales que preceden al cementerio de Somió, con el horripilante monstruo de la caja escénica del Teatro que cercenó el perímetro de la Universidad tal como era arquitectónicamente en su origen, sacrifican totalmente toda esa lateralidad del edificio que queda total, absurda, heréticamente profanada y aberrantemente oculta a la percepción visual .

.- La dedicación como viviendas sociales de los antiguos dormitorios que dominan la esquina del edificio de ese mismo lateral, frente a Somió, ha supuesto un error difícilmente reparable. Viviendas sociales debería haber muchísimas más, pero en lugar más adecuado. Allí, en la Universidad Laboral, han roto la unicidad arquitectónica del edificio y su dedicación exclusiva al arte, la cultura, la formación y las ciencias universitarias.

Todos esos espacios que ocupan la viviendas sociales ahora, podrían convertirse en residencia para proveer alojamiento a quienes acudieran a la Universidad cuando su Teatro fuera un “Gran Centro Internacional de Congresos”, lo que agrandaría notablemente la dedicación cultural de la Universidad Laboral, la convertiría en una auténtica “Ciudad de la Cultura” y daría a Asturias, más particularmente a Gijón, una verdadera “proyección internacional”.

Los espacios, que eran dormitorios también, en los que resultó fallido “el hotel”, entendemos que están reservados para la “Residencia de Estudiantes”, tan necesaria para una población estudiantil de más de 5.000 alumnos (hasta 10.000, contando, desde luego, con la UNED), muchos de los cuales se desplazan diariamente desde otros lugares de la geografía asturiana.

.- El 20-25 por ciento de la Universidad sigue desocupado, abandonado y en avanzando deterioro. Denle adecuada ocupación. Dignifiquen al máximo el edificio. Sáquenle todo el enorme potencial que posee.

Actualmente, la realidad cultural, artística, formativa y universitaria de la Universidad Laboral es “extraordinaria” .Y puede ser aún más importante. Hagan de ella un faro de cultura y promoción de los asturianos; un faro que desde la inmensa Torre de “la Laboral” ilumine todos los rincones de esta hermosa y entrañable Región de España, Asturias, probablemente una de las regiones más hermosas del mundo.

En esa tarea, y en muchas otras, tendrán siempre a la Asociación de Antiguos Alumnos de su lado.

.- Les animamos a que se decidan a autorizar la instalación (reiterativamente solicitada por la Asociación), intramuros de la Universidad Laboral, de una “Gran Exposición Permanente” que recoja toda la vida de la misma, desde su fundación hasta el presente; y con el propósito de seguir actualizándola y enriqueciéndola con las aportaciones que el acontecer diario proporcione. Los Antiguos Alumnos podrían, llegado el caso, comprometerse en la puesta en marcha de esa gran exposición.

Les trasladamos, Autoridades del Principado de Asturias, nuestro respeto y aceptación de su “autoridad político-administrativa”; y les deseamos acierto y éxito en su gestión.

Atentamente,

 

Jesús Merino Santos

Presidente de la Asociación de Antiguos Alumnos de la

Universidad Laboral de Gijón